¿Es posible vivir en una casa del árbol con lujo?

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Mucho se ha hablado de lo que las personas buscan en una casa, que sea un lugar para descansar, para relajarse y que cuente con todos los servicios y amenidades para que realmente puedan considerarla un verdadero hogar.

¿Pero qué pasará con el mercado inmobiliario una vez se superé la situación del covid-19? El 21 de marzo, fecha en la que se celebra el Día Internacional de los Bosques, parece darle una nueva perspectiva al sector inmobiliario de lujo.

Uno de los mercados más marcados por esta tendencia ha sido el inmobiliario de alta gama, que ha derivado en una nueva forma de hacer arquitectura, con el auge de construcciones como las casas de árbol de lujo.

Fue en el 2014 cuando se trazaron las primeras ideas que iniciarían esta tendencia del llamado “Tree House” y desde entonces han surgido numerosas empresas especializadas en este tipo de viviendas.

El miedo al contagio de Covid-19 en ciudades, la proliferación del “home office” y el aumento a medidas restrictivas ha provocado que cada vez sea mayor el interés por huir a espacios rurales poco masificados.

Estas viviendas se están convirtiendo en un referente de sostenibilidad en el mercado de inmuebles de lujo debido a que la gran mayoría están construidas con materiales naturales o reciclados, cuentan con paneles solares y cuentan con sistemas de reciclado de agua de lluvia.

El perfil del comprador es una persona con alto poder adquisitivo, que tiene una familia, que quiere construir su propia casa de árbol para su uso particular y la ocupa como su segunda residencia.

Otro de los sectores que está abriendo un nuevo mercado con la idea de una casa del árbol de lujo es el sector turístico, ya que, en países como Finlandia, Tailandia o Tanzania te permiten descubrir una nueva forma de pasar tus vacaciones, te permite disfrutar de un lugar saliendo de lo tradicional y de lo clásico, y apostando por nuevos formatos de alojamiento, por ejemplo:

El Arctic TreeHouse Hotel ubicado en el círculo polar ártico ofrece confort y lujo en el corazón de la naturaleza, el interior de la habitación está medido al milímetro, y su diseño y decoración merecen una mención aparte, además de sus inigualables vistas panorámicas a los bosques y cielos árticos, con los que con un poco de suerte podrás observar las auroras boreales desde tu habitación.
El precio por noche para 2 personas está en la nada despreciable cantidad de 718 euros.

No cabe duda que las personas están queriendo dejar atrás el caos de la ciudad y optar por un ambiente más natural, sin tanto estrés, ruido y contaminación, un lugar donde puedan ser libres ayudando a la naturaleza. Eso sí, para tener una casa o rentar una habitación arriba de un árbol es necesario contar con un buen poder adquisitivo.

Fuentes: El Economista, ABC

@ZonaDeOpinion

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