Genio y figura, derrochaba talento en todas las canchas que pisaba. Se convirtió en uno de los mejores jugadores en Europa, gracias a su manera de ver y jugar al fútbol.
El Flaco, como le llamaban, causo en su época, al lado de la Naranja Mecánica, una revolución en el deporte que cambio para siempre, y hasta nuestro días, la manera de ver el deporte de once contra once.
Todo comenzó en el campo del Ajax de Holanda, a los 14 años, cuando el pequeño Johan comenzó a sobresalir entre sus compañeros de equipo; inmediatamente el mundo supo que un monstruo del balompié había nacido.
Tres copas europeas con el equipo de sus amores, lo catapultaron a la élite europea, lo que lo llevo más tarde a jugar con el Barcelona, en donde siguió mostrando su enorme capacidad, con y sin el balón.
Cruyff era de esos genios que sabía qué iba a hacer con el balón, qué pensaban o harían sus oponentes, capaz de organizar a sus compañeros dentro de la cancha. Su nivel lo llevó a estar dentro de los más grandes de todos los tiempos: Di Stefano, Pelé, Maradona, Zidane y Cruyff, precursor del fútbol moderno.
Inventor de estrategias, formaciones, métodos, rutinas de entrenamiento, hábitos alimenticios e infinidad de cosas.
Parte fundamental en la Naranja Mecánica de Rinus Michels; comandante en jefe de ese equipo mítico. Esa escuadra, que sorprendió a todo el mundo del fútbol, que rompió esquemas e hizo evolucionar este hermoso deporte, y que desarrollo en las canchas, ese juego que nunca nadie había visto antes.
Por desgracia, El Flaco abandono hace pocos días el mundo terrenal, a la edad de 68 años, debido a problemas de salud.
Su legado y enseñanzas perdurarán a través del tiempo, su magia seguirá presente en todos los estadios y campos del planeta, hasta siempre Flaco, hasta siempre señor Cruyff.