Vámonos de subasta

Actualmente crecen los negocios vía online, y no es la excepción la celebración de subastas para dicho fin. Vale decir que las subastas se realizan para todo tipo de negocios, desde la compra de bienes de lujo, como obras de arte, hasta bienes de uso cotidiano.

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Una diferencia especifica entre la subasta online y la realizada sin colaboración de medios digitales, consiste en el tiempo de la subasta online, el cual está previamente definido por el subastador, y así los postores, que a su vez son consumidores, saben con anticipación la fecha y la hora en que el martillo caerá para otorgar la propiedad de la mercancía a su dueño, mientras tanto, en las presenciales, esto sucederá, sólo cuando no se haga una mejor oferta frente a una mercancía, situación que se define en el transcurso de la subasta, pero no está determinada previamente.

Im2Por esta razón, los postores esperan a los momentos previos al cierre de la subasta para hacer sus ofertas, en estos casos es definitiva la actuación del procesador de la plataforma para indicar, vía correo electrónico, al postor, si se ha realizado una mejor oferta a la suya o si ello no ha ocurrido, en este caso, se debe delimitar, quien; sí en efecto, es el procesador el encargado de esta obligación o si por el contrario, se ha delegado al subastador, esto puede depender de la condiciones generales del negocio, que hayan suscrito subastador y el operador de la plataforma, que afectan al fnal, al consumidor, quien desconoce estos contratos.

Hace años que las casas de subastas abrieron las pujas telefónicas y después por Internet, pero ha sido en el último lustro cuando esta última vía ha empezado a ser relevante, y una apuesta decidida para empresas con casi tres siglos de historia, en una actividad donde el respeto a la tradición es básica.

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Internet les permite rejuvenecer su cartera de clientes, con personas que, sin las herramientas online, no se acercarían al mundo de las pujas. Por ello, las casas han incrementado el abanico de posibilidades. No solo permiten pujar en directo desde la red en subastas físicas, sino que están intensificando la creación de ventas exclusivas online.

Eso sí, el valor de los objetos y de las pujas es inferior a lo que puede verse en las sesiones tradicionales. El online tiene el inconveniente de no poder ver una obra al natural, y nadie se quiere arriesgar a comprar una cosa demasiado cara sin verla.

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Pese a todo, la digitalización de las subastas no acabará con el formato físico, al menos a corto plazo. Ha sido en eventos físicos donde se han alcanzado cifras como las de Jean Michel Basquiat, o los 52 millones de dólares, pagados por una escultura de bronce de Brancusi.

@ZonaDeOpiniónMX

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