Tarde o temprano, todos caen

Se puede decir que es la filtración de información más grande en la historia, la filtración de datos confidenciales a mayor escala que se haya visto, la revelación de miles y miles de operaciones, de todo tipo, en el planeta.

La revelación de los llamados Panamá Papers ha dejado al descubierto a miles de personas en todo el planeta. Futbolistas, periodistas, banqueros, presidentes, actores, músicos y demás, han sido víctimas de este hackeo de información.

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11.5 millones de documentos de aproximadamente 14,000 clientes de la firma legal Mossack Fonseca, fueron entregados de manera anónima a un periodista, que no podía creer la magnitud y alcance de los datos que tenía en sus manos.

Ha sido la intrusión más grande de la que se tenga memoria, desde casos como el Cablegate de Wikileaks o Ashley Madison.

Y esto ¿por qué? La razón radica en que esta firma llevaba a cabo transacciones monetarias un tanto fuera de la ley; se evadían impuestos de gente adinerada, en los llamados paraísos fiscales, en otras partes del planeta.

En este caso, el mundo tiene dos posturas que son lógicas. Por un lado la indignación de miles de personas, en algunos países, por el manejo o actividades que llevan a cabo representantes políticos, por el dinero y el manejo que se le da.

Por otro lado están los que se preguntan: ¿qué tan ético, o qué tan correcto fue filtrar toda esta información?

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El hecho de conocer los movimientos monetarios que se llevan a cabo debajo del agua, nos hace darnos cuenta de las muchas cosas que las personas normales no llegan a saber; de todo lo que esconde el poder en altas esferas, de todo lo que se oculta detrás de organizaciones y empresas.

La otra cara de la moneda radica en el hecho de que, ya todo el mundo es vulnerable a sufrir ataques por medio de hackers; ya todos somos susceptibles de robo de información y datos importantes.

Está bien que el mundo sepa las irregularidades que hacen muchas personas, está bien que se detengan prácticas económicas ilegales, está bien que paguen los responsables de este engaño.

Lo que no se alcanza a ver, lo que queda en el limbo, es saber en qué parte de todo esto, es o seguirá siendo bueno o malo, que información privilegiada, no solo de empresas o compañías, sino de la población en general, pueda estar en peligro de caer en las manos equivocadas.

En esto radica el hecho de, si queremos o no, seguir conociendo lo que pasa en un parte del mundo, a la que no todos tienen acceso.

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@ZonaDeOpinionMX

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