Las piscinas naturales son una buena opción para las personas preocupadas por no estar en contacto con productos químicos y tóxicos. Su funcionamiento se basa en la capacidad de filtración de distintos tipos de plantas, y en filtros de grava y arena. Estas piscinas hoy seducen a personas que apuestan por una forma de vida más natural.
Una piscina ecológica puede ser un proyecto muy contemporáneo, con gran fuerza arquitectónica y paisajista.
En Europa la construcción de este tipo de piscinas está muy extendida, ya llevan más de 15 años construyéndolas y existen empresas muy especializadas que aplican determinados sistemas patentados.
Hay muchos sistemas de piscinas naturales, todos se basan en el mecanismo por el que las plantas acuáticas aceleran el crecimiento de microorganismos beneficiosos que eliminan las bacterias y mantienen la piscina natural lo bastante limpia como para cumplir con los estrictos criterios de calidad del agua.
La luz solar calienta el agua en la zona denominada “de regeneración” y el agua caliente, gradualmente se filtra en la zona donde se nada. Todo el proceso se basa en los principios de regeneración que tiene el agua en un curso natural.
Cada piscina es un mundo, por eso cuando se planifica es muy importante realizar un detallado estudio de las condiciones del lugar, especialmente las climatológicas, el tipo de filtración y decantación, las plantas acuáticas depuradoras y oxigenantes que se deben instalar, y si conviene o no, colocar peces y ranas en la zona de depuración.
El mantenimiento de estos elementos precisa una inversión menor que en los sistemas tradicionales, donde hay que utilizar cloro y otros químicos. Con las piscinas naturales este proceso se simplifica y, excepto por unos trabajos mínimos anuales, sólo hay que ocuparse del filtro (las plantas) así como del resto de la vegetación. Una ventaja de este sistema es que no es necesario cambiar el agua del estanque. Hace falta mantener su nivel constante, limpiar bien el fondo de la piscina y cortar las plantas una vez al año.
Aunque la instalación de una piscina convencional y otra natural cuesta casi lo mismo, la mayoría de los propietarios opinan que los costos se reducen y tienen menos mantenimiento que, además, pueden hacer ellos mismos.
La iluminación de la piscina natural pone en relieve la importancia de la vegetación y su relación directa con el agua.
Escenifica las plantaciones y el agua, y crea un espacio muy acogedor, especialmente en las noches de verano. Una buena opción para seguir con la idea ecológica, es utilizar en diferentes puntos, incluso camuflados, una iluminación con lámparas tipo LED.
El tamaño mínimo para una piscina natural es de 40 metros cuadrados, de los cuales, la mitad tiene que estar dedicada al proceso de regeneración. Eso significa que necesitará el doble del espacio que una piscina tradicional para conseguir un área de natación equivalente a la tradicional. No hay límites para tamaños de piscinas más grandes.
Las plantas, que constituyen la zona de vegetación, son importantes para una filtración natural eficaz.
Elegir un sistema de filtrado biológico es apostar por la innovación, el ahorro, la integración y la ecología.