Zaha Hadid dejó un gran legado a la arquitectura con su estilo deconstructivista. El Centro cultural Heydar Aliyev en Azerbaiyán o el Museo Nacional de las artes del siglo XXI (MAXXI) en Roma, son algunos de sus diseños más conocidos. No se sabía que había realizado proyectos pequeños, hasta hace algunos años, cuando se reveló que la arquitecta hizo una residencia privada a uno de los empresarios más ricos en Rusia.
Vladislav Doronin es dueño de la cadena de hoteles de lujo Aman y de Capital Group, se hizo buen amigo de Hadid hace 12 años. En una de sus reuniones consiguió que la arquitecta hiciera en una servilleta un boceto de la mansión que soñaba Vladislav. El proyecto comenzó en 2006 y diez años después se detuvo, debido a la muerte de la arquitecta; apenas hace unos meses se pudo finalizar esta construcción.
Se trata de una mansión en Moscú de diez mil metros cuadrados y 22 metros de altura. Tiene un diseño futurista y cuenta con tres pisos cubiertos de vidrio, lo que permite apreciar el paisaje todo alrededor, sobre todo el cielo, que tanto le gusta al empresario.
La residencia tiene una sala de estar y otras áreas de entretenimiento; la cocina y la alberca se encuentran en un piso subterráneo, a 20 metros bajo tierra. La entrada principal a la mansión se encuentra en el primer piso, donde están las habitaciones para los invitados y una biblioteca, además un espacio recreativo para niños.
La suite de Doronin se encuentra a 22 metros de altura, por encima de la copa de los árboles que rodean la residencia, tiene un diseño vanguardista, y es lo más lujosa que puedas imaginar.
El precio de la propiedad se valúa en 140 millones de dólares, todo el mundo la quiere conocer porque es una joya de Zaha Hadid.