Acudir a estas salas es un privilegio que pocos se pueden dar y que valen mucho la pena.
Carnegie Hall, Estados Unidos
Esta sala de conciertos está en Manhattan, Nueva York. Es uno de los sitios ilustres de los Estados Unidos, tanto para los músicos clásicos como para los populares, famoso no sólo por su belleza e historia, sino por su extraordinaria acústica. Fundado por el empresario escocés Andrew Carnegie, al principio era conocido por la música clásica y fue sede de la Filarmónica de Nueva York entre 1892 y 1962. No obstante, gracias a su espectacular acústica, ha albergado numerosos conciertos de rock y jazz. Los Beatles actuaron allí dos veces, en su primera gira por EE. UU., y también ha presentado actuaciones de bandas como Pink Floyd, los Beach Boys o Nina Simone.
Walt Disney Concert Hall, Estados Unidos
Construido gracias al donativo de 50 millones de dólares de la viuda de Walt Disney, Lillian Disney, el espectacular escenario se inauguró en 2003, en el centro de Los Ángeles. Su fachada, construida de acero inoxidable curvado y diseñado por el arquitecto Frank Gehry, es tan famosa, como su excelente acústica. Durante un ensayo de verano, Esa-Pekka Salonen, de la Filarmónica de Los Ángeles, descubrió que la orquesta llevaba años tocando partituras mal transcritas, pero solo se notaba la diferencia al tocar en el Walt Disney Concert Hall.
El Festhalle Frankfurt, Alemania
Probablemente sea el recinto musical más espléndido de Alemania, tiene una capacidad de 13,500 espectadores, fue diseñado por Friedrich von Thiersch. De estilo neobarroco y con un majestuoso interior abovedado y un techo de cristal, la “Gran Dama” alberga hoy todo tipo de eventos, desde óperas hasta espectáculos de circo o ferias de muestras, aunque también se siguen celebrando grandes conciertos de rock.
Teatro San Benedetto, Italia
Originalmente conocido como el Teatro San Benedetto, se le rebautizó ‘Le Fenice’ (el Fénix) tras una serie de incendios que redujeron el edificio a cenizas en tres ocasiones. Obras de maestros como Rossini, Bellini y Donizetti se estrenaron en ‘Le Fenice’, y el edificio es conocido por sus extravagantes vestíbulos de mármol, y sus majestuosas escaleras. El último incendio se produjo en 1996, pero ‘Le Fenice’ surgió de nuevo de sus cenizas y, tras una reconstrucción, que costó 90 millones de euros, volvió a abrir en diciembre de 2003, con un concierto épico con piezas de Beethoven, Wagner y Stravinsky.
El Royal Albert Hall, Inglaterra
Auditorio de fama mundial, situado en el borde sur del Hyde Park londinense, es conocido cariñosamente como el “Nation’s Village Hall”. Inaugurado en 1871 por la reina Victoria, en sus comienzos se decía que producía demasiado eco, pero en 1969 se fijaron debajo del techo una serie de discos de fibra de vidrio, denominados “champiñones” o “platillos volantes”, con el fin de mejorar la acústica. Es la sede de la BBC Proms, una temporada veraniega de conciertos de música clásica, de ocho semanas de duración, aunque en él también se representan óperas, espectáculos de ballet y conciertos de rock.