
Una exploración espacial cuesta millones de dólares, ya que no sólo se deben de desarrollar sofisticadas tecnologías para la navegación espacial, sino también se necesita desarrollar complejos mecanismos que permitan la habitabilidad del espacio por parte de los seres humanos, y eso por supuesto que implica cuestiones como comer, dormir o defecar.
Es así que gastan millones de dólares en desarrollar alimentos o herramientas que permitan la sobrevivencia, y entre esos desarrollos se incluyen los baños.
Recientemente la NASA mandó a la Estación Espacial Internacional un baño que costó la grandiosa cantidad de 23 millones de dólares. El nuevo baño espacial destaca por tener un diseño que se adapta también a la anatomía femenina, haciendo unos ajustes en el embudo de la orina.
El inodoro está fabricado con titanio, pesa 45 kilos y mide 71 cm de alto, aspecto que lo diferencia de sus antecesores, que eran más pesados y voluminosos. Funciona por medio de un sistema de vacío automático, el cual aspira todos los deshechos que se queman al volver a entrar en la atmósfera terrestre, mientras los desechos líquidos se reciclan para obtener agua.

Para evitar que los astronautas se vayan flotando, el inodoro cuenta con trabas para los pies y agarraderas para las manos.
La intención del futurista baño es probarlo en condiciones de gravedad cero para ser luego utilizado en las próximas misiones espaciales, que contemplan la luna y Marte, por lo que los ingenieros lo diseñaron enfocándose en la optimización del trabajo, la seguridad y la capacidad de maniobra.
Fuentes:
@ZonaDeOpinionMX