Se sabe que la industria de lujo es la que mayor margen de ganancia tiene y esto gracias a que ha logrado abaratar sus costos de producción de una manera extrema, ¿pero qué hay detrás de estos costos bajos?, ¿qué hay de las personas que maquilan estas prendas y artículos de lujo?
Algunas piezas clave para estas marcas de lujo son los países manufactureros, tales como India, Bangladesh y China, ya que estos países tienen fama de realizar distintos trabajos a muy bajo costo y gracias a esto se obtiene un margen de utilidad inigualable sin necesidad de invertir mucho en remuneraciones de los trabajadores.
Esto es algo que -dentro del mundo empresarial- suena muy común y atractivo, bajos costos y grandes ganancias, ¿a quién no le gustaría esto para su empresa? Sin embargo, las empresas llegan a tal grado que juegan con el bienestar de las personas que trabajan para ellas.
A pesar de que sólo una pequeña parte de la población es la que puede acceder a este tipo de productos por su alto costo y es muy fácil que la gente se percate de cualquier cosa que pase dentro de la industria, parece que no se dan cuenta que su ‘promesa implícita de lujo’ se está viendo comprometida, ya que se supone que estos productos son elaborados por trabajadores altamente capacitados en talleres exclusivos de gran calidad y son muy bien remunerados.
Esto sólo es un supuesto, ya que, se han realizado investigaciones y artículos que demuestran lo contrario, empresas como Louis Vuitton, MaxMara o Fendi, han quedado exhibidas al demostrar que han encontrado trabajadores dentro de sus países de origen que se conforman con salarios deplorables.
En Italia se ha visto que las confecciones de prendas de lujo se han convertido en un trabajo desde casa, por ejemplo, un abrigo que en el mercado se vende por mil o 2 mil euros, ¡tiene un costo de producción de 30 euros! Y algunos confeccionadores afirman que les pagan más o menos un euro por metro de tela finalizado y que el promedio de tiempo para completar una prenda varía entre ¡10 y 50 horas!
En Francia e Italia la industria de la moda es un motor para su economía, en el primero este negocio representa 150 mil millones de euros al año y un millón de empleos, aunque la remuneración no es buena, pues se sabe que las marcas llegan a pagar con cupones para que compren en la misma tienda, estadías en hoteles o vuelos en primera clase, que de nada sirven si las personas no tienen dinero.
En Italia esta industria representa el 5% del PIB y emplea a más de medio millón de personas, la mayoría mujeres.
El problema radica en que no se tienen cifras oficiales de cuántos empleados tienen contratos irregulares y las marcas de lujo se escudan en que no tienen conocimiento de los términos de contratación de sus proveedores.
Las autoridades de los países maquiladores y países donde las marcas de lujo tienen sus sedes, deben tomar medidas para darle a las personas que laboran dentro de esas empresas un lugar de trabajo digno y un salario justo, bajo un contrato establecido.
No es justo que las marcas que ganan más se aprovechen de las personas, en especial de las mujeres que deben llevar sí o sí diariamente el pan a sus hogares.
Fuente: Dinero
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