En los últimos años, empresarios mexicanos han trabajado por hacer producir enormes hectáreas de uva para vino en estados como Baja California, Zacatecas o Coahuila, entre otros, y este esfuerzo por fin está rindiendo frutos.

El mercado del vino mexicano tiene un valor actual que supera los 13 millones de pesos y comienza a tocar la puerta a consumidores en Estados Unidos y Europa, quienes además están mostrándose interesados en el sabor particular que la tierra de este país otorga a una de las bebidas más apreciadas en el mundo de la gastronomía.

Recientemente, GINgroup, del mexicano Raúl Beyruti Sánchez, sacó a la luz la línea Origo, cuatro vinos jóvenes cultivados en campos del Valle de Guadalupe, Baja California, y reposados sobre barricas de origen francés. Un trabajo muy arduo de enólogos que se han reunido de distintos países para lograr las mejores uvas que esta tierra puede producir.

La empresa de Beyruti Sánchez es conocida en México y América Latina por sus diferentes emprendimientos en sectores como el restaurantero y la gastronomía. La aparición de Origo fue una grata sorpresa para el mercado de vino mexicano y llegó directo a hacer la mancuerna perfecta con los distintos restaurantes que hoy tiene GINgroup, todos de calidad gourmet y ubicados entre los mejores del mundo.

Origo presenta cuatro distintas variedades que responden a los elementos básicos de la naturaleza: agua, aire, tierra y fuego. Cada una está pensada para acompañar momentos diferentes, pero siempre desde un entorno natural que recuerda los enormes viñedos florecidos en las montañas de México.

Raúl Beyruti es un empresario comprometido con la sociedad mexicana, por lo que GINgroup, fiel a sus principios, se ha encargado de productos y servicios que destaquen a nivel mundial por su calidad.

Actualmente Origo está disponible en los restaurantes del grupo como Rustic Kitchen, Corazón de Alcachofa, La Mansión, por mencionar algunos, y en el hotel St. Regis de la Ciudad de México, sin embargo ya se trabaja en ampliar la distribución hacia otras zonas del país y locales de alto nivel.

El vino mexicano ha estado tomando mayor relevancia en los últimos años y se espera que próximamente lo haga aún más, sobre todo en virtud de que el empresariado mexicano está buscando maneras de invertir también en el mercado vinícola mundial.

Más allá de lo anterior, el reto ahora es conquistar a los compradores mexicanos y abrir espacios en el mercado nacional.

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